Un sueño intranquilo hizo que se despertara de madrugada, últimamente siempre dormía así, daba igual lo cansada que se encontrara o las horas que permaneciera acostada, dormía y despertaba, dormía y despertaba, en absoluto descansaba. Las imágenes llegaban a su mente bombardeándola constantemente, quizá fuesen sueños o las más temidas pesadillas, pero su mente no llegaba a relajarse, es más sentía que estaba mucho más activa que cuando estaba despierta, siendo cosciente de que soñaba, era capaz de manejar su mundo onírico de una manera mucho más elocuente y eficaz que su mundo real. Pero esta situación de duerme vela había comenzado hacer mella en su salud, se sentía frágil, cansada, débil….solo tenía ganas estar tumbada en la cama, con la sabana prácticamente hasta las cejas con la mirada y la mente, en el limbo o más allá donde no sintiera el dolor, era consciente de que no era lo mejor, que debía luchar por seguir adelante, este es un triste trámite que hay que pasar cuando perdemos a alguien, se decía una y otra vez, intentar superarlo no implica olvidar ni el más mínimo recuerdo, y es más, él seguro que no querría verme así, odiaba ver a la gente llorar y hacía cualquier tipo de monería por arrancarte una sonrisa, pero él ya no estaba….
La luz azulada de la noche, se filtraba por la ventana junto con los destellos blancos de las farolas, su mirada medio adormilada observaba ese juego de luces, y fue en ese preciso momento cuando percibo su presencia, justo ahí detrás de ella.
Notó como su corazón se le desplazaba hacia la garganta y comenzaba a latir fuerte y rápidamente, tan fuerte y tan rápido que le oía retumbar en sus oídos, cerro los ojos tenía que tranquilizarse, debía centrarse en su respiración, la ayudaría a calmarse, y fue en una de esas bocanadas de aire cuando inhalo el aroma que tanto añoraba, el agradable olor de sus patas. No quería volverse, temía estar soñando así que, sin darse la vuelta estiro su brazo, para tocar la presencia que ella notaba detrás suya, ¡que agradable sorpresa! Su cuerpecito caliente, su suave pelaje ¡estaban allí! Justo detrás de ella.
¡Es imposible, es imposible! Se decía una y otra vez entre susurros prácticamente imperceptibles…Se incorporo en la cama, y lentamente volvió la cabeza hacia el otro lado de la cama, vislumbro su cuerpo debajo de las sabanas y a la vez podía ver el movimiento que producía su mano en estas, mientras acariciaba con la máxima delicadeza su cuerpo. Sus labios se separaron para pronunciar torpemente su nombre, León…no recibió respuesta, por un momento la alegría la desbordo, rápidamente encendió la lámpara de su mesilla, deseaba volver a ver sus ojillos vivos y juguetones. La luz ilumino toda la instancia de la habitación, y aun así podía ver su cuerpecito entre las sabanas, estaba loca de contenta, rápidamente le destapo, para inmediatamente darse cuenta que no debía haberlo hecho, el que estaba allí no era León… era el peluche de jirafa que tanto le gustaba a León y con el que ella había dormido desde, que el tuvo que ser sacrificado, enseguida comprendió todo, la suavidad de su pelaje era la del mismo peluche, y el calor que desprendía el cuerpo, era el que ella misma había trasmitido al muñeco durante la noche. La rabia la invadió, sus dedos se hundieron entre las sabanas, mientras un grito de puro dolor se ahogaba en su garganta…. Rompió en un llanto inconsolable, no me dejes sola, no me dejes sola… abrazo a la jirafa con todas sus fuerzas y entre lágrimas cayo en un intranquilo sueño…
Hola pitusa:
ResponderEliminarJo, siento que estés tan triste, perder a un compañero de tantos años, con el que se han compartido tantas cosas... es una putada, la verdad. Yo siempre he tenido animales y se pasa muy mal. Cuando murió mi primer jerbo, que se llamaba Coco, soñaba con él todas las noches y hasta que no pasaron meses no me empecé a sosegar. Lo mismo me pasó con la cobaya, Noelia Cooper se llamaba, y era una bolita de algodón.
Es muy doloroso, imagino que en el caso de León aún más, porque los perros son muy fieles y protectores pero hay que mirar al frente, penkita mía y hay que saber decir adiós (ahora cojo lo que escribiste en mi entrada del blog). León va a vivir siempre en ti, en tu familia, en Josete y en todo el mundo al que alguna vez le prestó su calor, así que no te aflijas y piensa que aliviaste su dolor y le procuraste un tránsito tranquilo y apacible que de forma natural no habría podido tener. Estoy segura de que fue muy feliz porque no habría podido tener un humano mejor que tú a su lado.
Muchos, muchos besos. Cuando necesites apachuches, avisa, princesa, a la hora que sea, desde donde sea, te los haré llegar.
-Lolita blues-
Hola princesa
ResponderEliminarDe las personas mas importantes en mi vida estais tu y el perro amarillo.Ese con el que tanto he peleado y por el que tanto he añorado desde que se fue al mundo magico de los perros comedores de salchichas.Alli donde este y si es en tu cama por las noches mejor que mejor te cuidara como lo hizo en toda su buena vida.En nuestro corazon siempre estara nuestro chico pequeño.TK mi vida.
soy una ex amiga tuya que conocio a leon.e llegado a este block sin saber muy bien porque pero cuando e leido lo de leon de verdad te digo que me a tocado el corazon,lo siento muchisimo,se lo que le querias en la epoca que eramos amigas.un beso de un pedazo de tu pasado.
ResponderEliminarooooooo vir...
ResponderEliminarjuess se m an saltadoo las lagrimas..:(
sabes que me hubiera encantadoo conocerle
peroo buenoo supongoo que era tan bueno que alli le querian fichar cuanto antes :D
muchisiiimos besos
Sandra